martes, 24 de julio de 2007

GUIA INTERACTIVA DE LAS ORQUIDEAS CHILENAS

Nuestro amigo Pablo Bravo Monasterio ha realizado una exelente guía interactiva; bajar

Requiere que habilites las macros en excel..

miércoles, 11 de julio de 2007

CHILE, PAÍS DE ORQUÍDEAS

CHILE, PAÍS DE ORQUÍDEAS

Artículo publicado el 23 de junio del 2007, en la Revista Vivienda y Decoración del Diario El Mercurio, por la periodista Luz María de la Vega Prat. Fotografìas de Patricio Novoa, Enrique Matthei y Erwin Domínguez.

Entusiasmados por la belleza de nuestras orquídeas nativas, en el último tiempo se han publicado estudios y un grupo de investigadores decidió buscar la forma de reproducirlas. La idea es ofrecerlas en los mercados nacionales y extranjeros y, a la vez, evitar su extinción.
Poco sabido es que existen más de cincuenta especies de orquídeas en nuestro país, localizadas entre el altiplano y el Cabo de Hornos. Tampoco se sabe que la aún en formación Sociedad Chilena de Orquideología, ya tiene entre sus actividades luchar porque se nombre como flor emblemática del Bicentenario de la República a la orquídea Chloraea crispa Lindl, considerada la única planta de flores absolutamente albas de Chile.

Aunque lo más frecuente es ver orquídeas en los bosques, campos y cordilleras de la zona central, en el último tiempo debido a que estos sectores están siendo arrasados, se ha visto comprometida su supervivencia. Por ello, en 1998, científicos de tres universidades chilenas (UCV, U. de Talca y U. de Concepción) en conjunto con Orquídeas Terrestres de Chile se ganaron un fondo FIA (Fundación de Innovación Agraria) para desarrollar el proyecto "Domesticación de orquídeas silvestres chilenas", a través del cual se evitaría su desaparición al propagarlas y reincorporarlas mejoradas. Fue así como iniciaron una colección y selección de orquídeas silvestres, del género Chloraea, en la Región del Biobío.

La producción obtenida de la germinación de semillas in vitro se estableció masivamente en tierra usando microrrizas, un hongo específico que convive en sus rizomas y que es fundamental para que broten. Para ello se imitaron las condiciones naturales en que se encontraban estas plantas en medio de las acículas de los pinos y, a pesar de que las orquídeas son de crecimiento lento en la naturaleza, en estas condiciones crecieron más sanas, llamativas y con varas más erectas.

El año 2003, FIA financió una segunda etapa para el mejoramiento genético de las orquídeas chilenas del género Chloraea, con lo que se reprodujeron masivamente variedades comerciales genéticamente mejoradas; la clonación de éstas permitió aumentar sus poblaciones y acortar el tiempo entre su floración.

Enrique Matthei Jensen, coordinador de estos proyectos, las ha reproducido con éxito en un predio en la zona Arenales, a 6 km de Yumbel, y habla de ellas con entusiasmo: "Es asombrosa su capacidad inventiva para perpetuar la especie. Con sus multifacéticos labelos -o pétalos modificados de tamaño y con forma irregular-, atraen a los insectos polinizadores, a pesar de que no producen néctar".

Las híbridaciones permitieron manejar las épocas de floración y su calidad. La idea es permitir que la producción sea anual, con forma, color y comportamiento mejor que el que tuvieron sus padres. Las orquídeas serán tema para largo: mientras se le propone como flor del Bicentenario, las investigadoras Gabriela Verdugo y Hermine Vogel están buscando un tercer período de apoyo FIA para obtener un híbrido patentable, con vías a la exportación. Paralelamente Ximena Calderón, de la Universidad Arturo Prat con sede en Puerto Montt, está abocada a obtener variedades comerciales en esa zona.

En Chile hay pocos textos sobre las orquídeas nativas. Sólo existía un ensayo, escrito en 1910 por Carlos Reiche, entonces jefe de la sección botánica del Museo Nacional. El año pasado el interés por las formas de estas plantas, sus colores, su escasez y la dificultad de encontrarlas llevó a un grupo de profesionales de distintas áreas, a escribir el libro "Guía de Campo de las Orquídeas Chilenas". Patricio Novoa, (jefe de horticultura del jardín Botánico de Viña), Jaime Espejo y Mauricio Cisternas, luego de juntar las imágenes y material bibliográfico que tenían, hicieron primero un sitio web de orquídeas chilenas, bajo el alero de la revista botánica on-line www.chlorischile.cl. Al poco tiempo se les sumó Erwin Domínguez, con algunas publicaciones, y Mónica Rubio con sus experiencias y fotos sobre el tema. Con financiamiento de Corma para realizar el libro, las investigaron in situ en Valparaíso, Antuco, Nahuelbuta, Patagonia y zona central, incluyendo mapas de con su ubicación y el tipo de hábitat que ocupan.

El estudio detectó que muchas están mal identificadas, y para ayudar en esta tarea la guía también se incluyó en el blog de botánica, www.botanicaler.blogspot.com. En el futuro estos profesionales esperan hacer una segunda edición del libro abordando su reproducción y conservación.

Chloraela barbata Su floración es entre octubre y diciembre, aunque hacia el sur comienzan a aparecer más tarde y continúan hasta febrero.








Chloraea bletoides









Chloraea magellanica











Chloraea gavilu












Chloraea chica












Codonorchis lessoni. El trabajo con las orquídeas permitirá darlas a conocer, valorizarlas y diversificar las posibilidades como país emergente en la producción de flores bulbosas. Chloraea crispa Lindl está propuesta como flor emblemática del Bicentenario.





Chloraea crispa

AL RESCATE DE LA AVELLANITA

AL RESCATE DE LA AVELLANITA
Artículo publicado el 23 de junio del 2007, en la Revista Vivienda y Decoración del Diario El Mercurio, por la periodista Luz María de la Vega Prat.
Las fotografías son de Patricio Novoa y María Teresa Serra.

La distribución de este arbusto nativo es local y exclusiva de algunas áreas de la zona central de Chile. La Avellanita bustillosii, considerada en peligro de extinción, se creyó prácticamente perdida después de que en 1865 la describiera el naturalista alemán avecindado en Chile, Rodulfo Amando Philippi. Hoy, luego de la publicación de un libro con su estudio, existe una campaña para cuidarla que incluye carteles y panfletos en el sector de la laguna de Aculeo.

Es una especie forrajera que -justamente por el agrado que les proporciona comerla a vacas y caballos- está en vías de extinción, según consta en el "Libro Rojo de la Flora Terrestre de Chile".

De aspecto muy parecido a un palqui, la avellanita (Avellanita bustillosii) es la única especie reconocida hasta ahora como endémica del bosque de la Cordillera de la Costa en la zona central. Y lo curioso es que está localizada en un sector específico: las quebradas y valles en medio de escarpados cerros de la laguna de Aculeo, en las cercanías de los Altos de Cantillana, a menos de una hora de Santiago. Entre peumos y quillayes se encuentran algunos ejemplares de avellanita y de otra especie única, muy poco frecuente, el roble de Santiago. El lugar es propiedad privada y comprende más de 180 mil hectáreas.

En 1990, luego de diversas expediciones tras la búsqueda de la avellanita -o nogal de monte, como le llaman los lugareños- los ingenieros agrónomos Jorge Macaya y Eduardo Barriga encontraron allí casualmente varios ejemplares de esta especie dada por desaparecida. El taxónomo de la Universidad de Chile, Luis Faúndez, ratificó el hallazgo. A partir de estas semillas colectadas en Aculeo, la planta se propagó en distintas instituciones, especialmente en Conaf, en el Jardín Botánico de Viña del Mar, en la Reserva Nacional de Río Clarillo y en el Campus Antumapu de la Universidad de Chile.

En el año 2003 el SAG y la Conama publicaron un libro con las investigaciones desarrolladas en el Departamento de Silvicultura de la Facultad de Ciencias Forestales y la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, titulado "Programa de Conservación de la Avellanita bustillosii". Una de las encargadas de esta tarea fue María Teresa Serra, profesora de botánica aplicada, quien estudia con ahínco esta especie desde su redescubrimiento.

Su nombre obedece al aspecto similar que tiene su semilla con la avellana europea y puede sobrepasar los dos metros, incluso en sombra total. Es una Euphorbiaceae, como el colliguay y el ricino, pero como no tiene látex ni es venenosa, resulta palatable, es decir sabrosa y nutritiva para los animales.

Su campaña de cultivo responde a que es endémica del bosque esclerófilo y se presenta en muy restringidas áreas geográficas. "Las especies desarrolladas en cultivo resultan tan delicadas, que incluso si se trasladan en macetas sufren. Recién hemos obsequiado algunos ejemplares juveniles a la colección del Jardín Botánico Chagual, para su conservación y propagación", explica la botánica.

Fernanda Romero, ayudante de botánica de la Universidad Central, luego de hacer su práctica en el SAG formó la organización ecológica Mongueln Mapu, y consiguió que la organización de El Canelo de Nos les financiara un proyecto de reproducción e inserción de avellanitas en Aculeo. Junto al agricultor Juan Rodríguez cultivaron en vivero más de doscientas matas, las que al sobrepasar el metro y medio se plantaron en el sector de Los Hornos.

Quizás en el futuro podría contarse con ella para fines paisajísticos, porque es bastante ornamental. Su follaje siempreverde es frondoso en buenas condiciones y bastante ramificado. Su fruto es una cápsula verdosa, que al estar seco se abre en tres y saltan sus semillas jaspeadas; éstas tienen un sabor dulce, aceitoso, y no miden más de 1,5 cm. Sus flores blancas, no son llamativas, pero destacan por sus largos estilos.

Un casual descubrimiento hizo feliz a María Teresa Serra, cuando una de sus alumnas al hacer un herbario incluyó una muestra recogida en la VI Región, que resultaron ser hojas y semillas de esta planta. Luego de visitar el lugar, con personal de Conaf VI Región y apoyo de Codelco, han reproducido numerosos ejemplares por estacas, en la Hacienda Cauquenes. La idea es tener plantas madres para seguir haciendo ensayos de domesticación y conservación de la especie.

Junto con la pérdida del bosque esclerófilo donde la especie habita, lo que más le afecta es la extracción de tierra de hojas, ya que se limitan las condiciones naturales de germinación y establecimiento.

La avellanita ha sido colectada en la Laguna Aculeo en diferentes épocas. Se desarrolla mejor bajo el dosel de árboles de mayor tamaño, tan endémicos como ella.

Quien por primera vez describió la avellanita fue Rodulfo Amando Philippi, entre 1864-1865.

En 1921 se encontró avellanita en el valle del Marga-Marga, al sur de Quilpué. Por más de 64 años no se volvió a avistar por lo que en agosto de 1985, en el Simposio "Flora Nativa Arbórea y Arbustiva de Chile Amenazada de Extinción" se clasificó como Especie en Peligro.












martes, 10 de julio de 2007

ROBLE DE SANTIAGO

Articulo de la Revista Vivienda y Decoración acerca del Roble de Santiago ver